poesía y de todo un poco

Sunday, October 29, 2006

poemas de juan carlos cabezas

1.-Un día feliz

Recuerdo un día feliz cuando sentí al mundo hecho para mí

Hablábamos de todo y siempre, ¿recuerdas?. Y reíamos demasiado.

Entonces comencé a volar, mis pies no tocaron la tierra herida de pasos. Volé como un moscardón, así de maravilloso, polinizando las flores del asfalto y los cartuchos de tu cuello.

Vi, tu ser transparente a mi lado

La curva interminable de tus senos, convertidos en mandarinas.

Tú, parada a mi lado, con esa blusa blanca que no paraba de rodar por tus hombros.

Desperté en pleno vuelo de cristal y tristemente recuperé la conciencia, la más grave de
las manías, recuperar la razón

Me despeñé en el intento de treparte, volar de nuevo nunca pude. Todo se acabó una noche que soñé en búhos y te desguarneciste de mi ser, por una ventana abierta.

Esta noche un témpano de hielo se posesiona de mi esqueleto y aquel vuelo de amor es ahora un silencio que se ahoga sin nacer.

Qué tristeza da enterarme que he sentido


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2-Trazo una línea punteada entre mi pasado y yo, apenas puedo distinguir quién era antes de hoy. Me duelen los labios de besar mi muerte, y en mi corazón un circulo ardiente da vueltas en todo mi pecho.

¿Existe alguien cuyos brazos te desapeguen de mi mente?
Quién es tan osado para arrancarte el vestido con el que te desvisto.
Me imagino llorar mientras camino.
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3-Hasta que al fin llega el dolor armado con un cuerda y un reloj. Me ata las manos y me da un plazo para que borre de mi mente tu teléfono, tu carita y las caricias. Secuestra mis sueños, enciende mi televisión y deforma los perfiles de las cosas.

Sentado tras mi puerta, despide humo de sus narices, mientras afila las agujas que clavará en mis articulaciones. Antes de aplicarme sus suplicios, acaricia mi cabeza y dulcemente me dice al oído: ¿no me extrañabas? Me amarra las manos a una silla y se sienta junto a mi a contemplar recuerdos que no volverán. ¿Con quién estará ella ahora?, ¿será su dolor un sicario como yo, o habrá tenido suerte y su dolor será un fantasma inútil en casa nueva?, pregunta el descarado.

Ya me duele la espalda, sus agujas hacen efecto me inyectan de amargura y frío las carnes. Y así, otra noche se va, sin más esperanza que el dolor se marche en la desmemoria del buenos días.
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Concurriste a este momento sin ninguna invocación. Tomaste el minutero y lo convertiste en un volcán.

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4-Nada más violento que un tanque de gas.

Que llega siempre a casa con misión quemante.

Que parece tener un alma hambrienta de exterminios.

Que replica como una campana de iglesia al menor roce, anunciando funerales.

Que es frío desde siempre.

Que está sentado a un costado de tu cocina, o en tu baño en su nido pesado, escapándose calladito.

Al llegar a casa observo su lengüita azul en mi calefón titiritando y paso la noche,

esperando, esperando...
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5-ABRE LOS OJOS

Siempre me obsesionó tu mirada...

Tus párpados repletos de sombras

Tu visión turbia como el yeso.


La tormenta de polvo de tus ojos encerrados en desiertos de granizo y tierra.

Como niñas asustadas dentro de un pozo en el que nadie las hallará


Esta noche me exprimo las lágrimas

Me bebo la niebla también.

Las calles mojadas también

Y el vapor que me persigna.


Por ti, soy rotundamente lo más poquito entre todo lo algo de nada, quizás ya, hasta soy invisible.


Dime entonces:

Para qué abrir los ojos...

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6
No tengo manos de obrero
Son más pequeñas que una manzana
Y sobre las teclas no ejercen ninguna autoridad

No tengo manos de carpintero
Los martillos me parecen malvados
Y los serruchos nunca me comprenden.

Me dan pena mis manos, llevando a todos lados cinco espíritus borrachos que se cuelgan de los huesos.

Me dan pena,
pero bien sirven para echarte sal en las heridas.
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7
Vengo a saltar
A tu abismo de amor

Llevo la cumbre entre mis córneas
El sabor de tus caminos
El abrazo de tus muslos
Y tu boca embestida de mis besos

Hoy no encontré tu ropa en mi armario
Y sentí que había perdido mi ultima armadura
El último rito diario
Tu abrigo blanco de ternura


Te imagino hablando a cien mil espejos
A gente que no tortura tu corazón con alfileres
Con quienes ahora compartirás tus despojos
Con quienes jamás llorarás sino te quieren.

Vengo a saltar a tu abismo de pecho
A tu propuesta suicida de amor y leche
Donde todo es quieto
Donde solo el silencio se mueve.

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8
Tuviste tiempo para escoger lo que te llevabas. Abriste mis cajones, arrojaste las llaves en mi rostro. Me limpiaste de objetos con historia, pero desgraciadamente olvidaste llevarte tu fantasma.

Llego del trabajo sin sonrisa directo a su corazón de éter que me tumba en el vacío.

Que no te duela, pero aún me recibe en mi casa con las luces encendidas y hay un olor a comida en su nada.

¿Te lo llevarás también, o querrá quedarse conmigo enredado en el ayer?

¿Te lo llevarás también como tus medias de lana, el gorro para dormir, el abrigo de arcoiris y la luna de papel?

¿Cuándo vendrás a preparar otro equipaje?, me gustaría verte empacar los abrazos colgados de un armador. La sombra de tus vinchas en mi edredón y tus huellas dibujadas en la espalda de mi gato.

Dejaste las cortinas sin correr, tu foto en la pared, y a un hombre calcinado en tu sexo, llevando a todos lados tu recuerdo y sus nuevas cicatrices.


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9
Dónde están las hojas, que mi vida ha forjado,

Un cuaderno,

un atado de pasado dibujado,

de unas manos invisibles,

Del amor.

Será ahora de acercarme

Será hora de ser fuerte

De ponerme una mochila,

Un refresco, una dona.

y seguir en la materia y llenarme de presente,

los pasos,

Por el camino de las piedras,

donde va un viejo corre a las brazos de su madre,

que se va y no se ha ido,

de su lado,

como en todo

la presencia y el calor.

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10

Lead de impublicable muerte

Quién corrió de su vida el misterio de la luz,

Quién escogió usar las nubes como fósforos

Cuándo el viento se convirtió en muerte que respira y las horas colgaron sus ropajes ensangrentados en mi memoria

¿Dónde están las cadenas que dejaste para no perderme?

Cómo aprieto este grillete que nos aferrará las células y los despojos de cáñamo que aún llamamos vísceras.

¿Qué es esto que late en mi garganta?

Porque el espanto parió el amanecer.


11-Hoy quiero atravesar llanuras pobladas por tu nombre,
rozarte despacio la carita con las alas que me enseñaste a descubrir.

Enfilar rumbo a tus colinas,
Sentir la hierba de tu pubis, respirar tus ríos.
Serte nido, cascarón, primera vida, nube sobre tu cabeza.

Destino fijo a tu cabello, estera de luz, yo te nombro: novia mía



12. Parece que estas bombas cumplen con la función humanitaria de facilitar el llanto de los resentidos que gritan de dolor en las calles, como esos leprosos que suplican por ayuda. Lloran policías con lágrimas sucias mezcladas con sudor, lloran sin saber porqué lo hacen mientras disparan sus falos de humo a los pies de quienes quieren romperles las piernas como fósforos. Lloran los callejeros combatientes de fantasmas que gritan en las calles por el retorno de sus visiones. Nadie está vivo, los que pasan como turistas no se detienen a verse los rostros, los curiosos esperan por aquel que los sacará de la abulia pálida de sus corazones. Buscan sentir un pequeño espasmo como obsequio para su cadavérica existencia. Lloro entonces también por tanta muerte rondando por las marchas, por este repentino desencuentro entre el yo-niño y su padre, que sigue eternamente golpeando a la colosal criatura con el cinto roto y los ojos ciegos de pena.


13- El sol pega de lleno, como furioso por haber despertado

Me obliga a reverenciar su parto albino

Mientras te espero, muerdo mis pausas y

unas cuantas sombras diminutas.

Llegas inmaculada, como un ave en celo

Hueles fuerte a marfil y a sal

Me enredas oro y resplandores rubios en la garganta.

Quiero decir algo pero callo.

Ruedan perlas mientras te desvisto...





14.-HEREJE

Siempre quise llenarte de aliento la respiración,
Preñarte de resbaladeras y pulpos,
Encomendarte a la virgen, a las putas, a las veredas
Para que nada te lastime.

Repetirte mi abrazo en letanía,
Coronarte de espuma y semen la garganta,
para que nada te lastime.

Te curé de maleficios la espalda,
Te regalé un dije blanco y una crucecita, nada más,
para que nada te lastime

Hoy me pediste perdición, que ya no rece por ti, que los santos se llenen de cerumen el corazón, porque estás segura que te basta y sobra con el carmín de tu boca como amuleto.

Me pediste quemar mi colección de bondad, que descuelgue los ángeles y los meta en la nevera para escucharlos reventar..

Te hice caso, mi casa se parece a ti, vivo en ella,
y ahora temo que me lastime.
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15.Amo una mujer sin sombra que me brota del pecho cuando cae la noche, a quien acaricio con la misma suavidad con la que se da vuelta la página de una libro.

Le gusta merodearme los huesos y posarse en mis entrañas hechas nido. Por las mañanas la he sentido lavarse en mis arterias y por las tardes me alimenta el sexo como si fuera su cría.

A veces la eyaculo, cuando ya no soporto su ausencia. Liberada, baila sobre mis escombros como una odalisca.

Amo esta mujer que he procreado, porque ha convertido mi cuerpo en un biombo en el que desvestirse.


16. Comencé a morir muy temprano antes del desayuno. Armado con un cincel de angustia salí a caminar. Tallé una lágrima en cada calle que cruce, rellené de pavimento el cielo, lo pinté gris hasta lo más lejos.

Por la tarde, esperé sentado al pié de mi casa por ella, por la muerte y sus vestidos.

Llovió, recuerdo, sobre mi pecho forrado de platino como una armadura de espejos, mientras la luz se hería.

De noche, cerré los ojos y presentí que el mar reventaba tras mi espalda. Embravecido silbaba su destierro.

Yo estaba ahí, solo, gritándole al viento. De mi boca salían gaviotas, mantarrayas y mujeres incoloras, moribundas.

La muerte no llegó, desairó mi insaciable coito con la nada

Me resigné a su ausencia, pero, antes de dormir,

preparé la cama para dos.


17. Un loco chiquito odiaba una estatua
Le causaba pánico, creo
Por ser tan grande y cuerda.


18. Dentro tuyo mi sexo era sabio
Como la vara de un mago emergiendo de entre la piedra
Tenía en su silencio bebidos todos los secretos,
Abrazados los ídolos de piedra y descifrado la arena

Brillaba como la ruta de los cristales
Era luz cegadora, con misión quemante
Espada de Arcángel
Tizón prendido a la entraña


Yo lo seguía despacito por sus senderos,
mientras soplaba ocarinas entre tus piernas

Ya a solas, me repetía sus aventuras
como un juglar en el bosque.

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19. Hay una palabra poderosa. Arriesgada como ninguna y como todas, amiga como la ternura y algo descabellada como aventurera y entusiasta. Sale por las noches y come ensaladas de musgo escondido entre las tejas. Intrépida se lanza al vacío desde los labios de los enamorados, atada al ombligo con un par de lenguas. Pequeña como es aparece como una pizca de dulce en el calostro de las madres y habita los ojos de los recién nacidos.

Es exacta como las matemáticas, de geometría precisa, aunque muchos le dan la forma de un globo colorido, como el corazón de una flor. Quien amo la pronuncia poco, una vez me la dijo al oído, risueña (la palabra) y se me escabulló como una hormiga en el cuerpo.

Su textura es líquida y como el mercurio derretido, parece un pez plateado. Nunca pienso en ella, porque desaparece. La única fórmula para acercársele, es a través de otras palabras, vecinas, compañeras como estas. Ellas, la preceden, y me anuncian que está en camino.

De inmediato huyo. Me avergüenzo que me mire así, tan triste y cansado. Llega por fin tan puntual y se coloca justo a lado mío. De inmediato reclama por qué ya no la escribo...





20. Silvia:

Sueño con verte llegar y sentir tu mano como un pan tibio sobre mi espalda.

Fingiré que duermo y no abriré los ojos hasta sentirte tan cerca que me atravieses con tu aliento.

Quisiera que te acuestes a mi lado, que te pruebes el calor que dejé antes de huir sin dar un paso.

Solo giraré el caleidoscopio, me enfocaré en la mirada tierna de un rinoceronte, en el color de tu pubis y dejaré que la mente invente nuevos fuegos.

Ya me conoces, sabes que busco desprenderme de mi cuerpo, convertir al tuyo en una sorpresa parecida a la visita de un niño en la noche.

Recibiré cada roce de tus dedos como algo inmerecido, como si todas las flores del mundo me visitarán al mismo tiempo.

Dirás: te amo, antes que tu piel se agite.

Haremos un himno,

Convertidos en sonajas..


21.
Encuentro un poema entre tus huesos.
Parece la envoltura del amor.
Tiene encerrado un espejo
Y unos versos de color.

Pones tu espalda en una silla
Como si fueras un altar
Todo mi fuerza se arrodilla
Regalo del maravillar.

Mis manos guardan sus caricias
Por el momento de tocar
Mi dedos trazan una línea
Por donde he de comenzar.

Hay en tu cuello madreselvas
Que trepan en la obscuridad
Eres agua de bondad
Invadiendo con tu paz.

Amanezco de alborozo
Como un niño con papá
Que juega libre junto a un pozo
con su ángel de guardián.

Te encuentro siempre en todas partes
Pretexto de felicidad
Aunque luego, como siempre
Sé que no te quedarás.



22.
Necesito ver un milagro frente a mis ojos, como un ramillete de niños emergiendo de entre el asfalto.

Descifrar el conjuro de las palabras, que todas chillen al unísono. Me cansé de su silencio, de verlas a mi alrededor sin sentido.

Siento que la arcilla de mis manos no quiere dejar su estado. Que hasta el llanto se corta en mis mejillas y los sueños se me olvidan.

Preciso el paradero de un hada, que mi madre se transforme en cisne en las madrugadas y en la espalda de mi padre se agiten unas alas.

Reivindico el arte de crear laberintos y héroes dispuestos a resolverlos.

Mujeres con oficios secretos, mitad humanos, mitad demonios con lenguas infinitas.

Voy a encontrar a otro Jasón, será mi amigo, será mi hermano.


Fundaré, una logia que luche contra estos días sin misterio y que rece cada noche.


Padre Nuestro... ¿dónde crucificaste la fantasía?



23. Un vino con la nada

Caminar sin colgajos
con los pensamientos espantados.

Enfrentar las calles retrasado al sol
Emparentarme con cada sombra hermana
Distraerme en la tundra del asfalto con el baile de los faros
Así es la nada.

“Hogar dulce Hogar”.
Espacio libre de tus malabares
Y del congelado armario de tu abdomen.

Desnudo de rastros
Limpio mi cuerpo de su propia limpieza
Aseo mis manos de los fantasmas que escribo.

Me excito de mis propios sueños y dormido me derrito en cera
Poso mi espalda sobre el suelo y no te extraño siquiera
Tampoco te dibujo, casi ni te escribo.

Aunque algunas veces te imagino, entre una balacera de salvas, brindando conmigo
un vino con la nada.


24.
La sonrisa de mi hija

La sonrisa de mi hija transforma mis sábanas en pétalos y su voz parece una campanita.

Me vuelve liviano como el sonido de la flauta y al caminar siento una caricia.

Yo la miro hechizado aparecer de entre la nada como un velero dibujado en la cáscara de
Una mandarina.

Una multitud de lágrimas se aproxima, todo parece de diamante y en mi casa, el sol se sienta en una silla.

Nos poblamos al instante de besos y tréboles mientras sus manos me toman para siempre.

Es una plegaria compartida, como el pan mañanero y su muñeca preferida.

Cada segundo está atrasado y, al morir, se los lleva el viento fulminados en la sonrisa de mi hija


25.
Siempre quise ser un gigante
que repare farolas.

El único trabajador de la noche sin luna
El amigo de las veredas y los postes marrones

Soñaba con crecer hasta el infinito para ser bueno
Y ayudar a los chiquitos.
Ser un héroe descomunal hermanado con la luna y las estrellas

Me estiré del cuello con una corbata

Me colgué de los dinteles y las puertas, esperando crecer de golpe como las melcochas, pero nada

Me quedé del tamañito mío, parecido a la tristeza que cabe en cualquier garganta.


26.
Cuando la tristeza me ocupa
En mi cuerpo aletea una mantarraya
Que inmóvil en las aguas bajas,
se arrima a la vida sin palabras.

Lástima de mi sangre que peregrina inútilmente
Y el destino punzante de mis pasos que se oxidan
Como una llave extraviada.

Me arrepiento de mis ojos y sus miradas
Me disculpo por mis manos y las huellas tercas del amor.
Quiero estar solo y convertirme en el altar de una iglesia abandonada.
Me apetece el aire húmedo que ninguna nariz calentó y el gritó llorón de la madera que crepita.

Que me perdonen las horas más felices y el calor de mi cama calcado en mis muslos. Hoy no estoy. Salí a morirme un ratito,

aquí cerca no más...


27.
Llegas como una gata coronada de astillas a moverlo todo
Posesa, te siembras nuevamente.
Desalojas el viento y las brasas
Como si fueran tuyos mi almohada y mi claustro.

Te adornas para una bienvenida
Escoges tu sombra para bailar y
hasta los espejos te celebran,

Estás sola como siempre
Estoy solo igual, pero urgente

Se me antoja que eres una montaña de grano
Y que tu cabello son espigas
Y que en ti no hay inviernos
Sino magníficas cosechas

Se me antoja todo
Y a ti recurro.






28.
Cuando escojo partir
Y me demoro empacando el tiempo
Te bajas del pasado unos segundos y me
entierras el almizcle de tu viento.

Todo Queda.

Cuando emprendo por los hombros de las calles
Y de mis manos se resbala la última caricia, en mis dedos
tu ombligo se me queda.

Todo Queda.

Y si callado de mi alma te despido, satisfecho del destierro
De tu boca. Reino en la noche, hasta que las palabras se me queman
Y en silencio celebro que persistes


Quedas.


29
Tres segundos de tu voz son suficientes para intentar otro maleficio nocturno, como hoy que, despedido de la noche, te escogí para condecorar la antípoda.

Respondiste con misterio, con la perdida dignidad de quien nada espera. Era yo del otro lado a bordo del autobús sin rumbo del presente. Quise permitirte dar conmigo, pero extraviados ambos, solo veríamos a la distancia el humo de nuestro frío.

Pensé, te confieso, en el inicio de tu boca. La besé como a tu respiración, mientras te convencías de que yo no existía. Apreté fuerte tus nalgas y las acaricié deseándolas verlas dormir como a tus pechos enserenados en mis manos.

En tu cara había majestad y un destello ámbar era tuyo más que del sol.

Fueron tres segundos en lo que se repitió el rito de nuestra cercanía, conmigo sin ti.
.



30.
Quedan pocas palabras que no te he dicho aún. Te he vestido de frases y flores a la vez, aunque a mí cuerpo no se aproxima ni tu voz.

Son meses ya esta soledad caligráfica. De esta obsesión fantasmal del amor.

Te escribí en las paredes de mi casa entre la vecindad de tu inexistencia. Creí que así estarías repleta de templos donde reinar. Como si fueras el mismo Dios.

Jamás quise devolverte al mar entre guirnaldas de azar. Verte feliz a la distancia como un colibrí.
sentencio mis párpados a la brisa matinal sin porqué.

Cuando alguna vez llegas de repente, me imagino acariciándote el rostro con la sola intención de impregnarte de luz.

Te inclinas despacio en mi pecho donde has decorado un balcón.

Eres como una medalla que se luce por adentro.

Un cielo para mis decorados del corazón.

Tu sonido es el de la lluvia que se despide besando, mientras yo ya no te repito adiós.




31.
Ocurre que cuando quiero escribirte, intencionalmente me duplico

Una parte de mí atraviesa un bosque nublado dónde una tarde te perdiste. Llevo una foto para hallarte, pero en la misma siempre estás distinta y jamás doy contigo.

Atravieso una playa sin mar camino a tu encuentro, aunque sé que pasarás sin detenerte, hasta que tus ojos sin Dios se pierdan en los míos.

En la noche, ambos vuelven a casa igual de vacíos y detrás de la puerta le cierran los ojos a una luz parida entre el frío.

Y ya muy tarde,
ambos dormidos se acuestan conmigo.


32.
Frente a un espejo prometí serte fiel
Hasta que los huesos me crujan.
Y te repetí mi promesa en
Los retrovisores de miles autos
en los que imaginé tu imagen pasajera..

Te escogí un vestido en el cielo y en las calles me pareció
Verte correr.
A veces eras simple como una moneda,
otras tantas ni siquiera te comparé

Tengo en los bolsillos un poquito de tu cara,
ese rostro, amigo del desaparecer
Y en mi cama dos siluetas se levantan, pero solo una se calza,
se abriga y finge reaparecer.

Al decir tu nombre, temo comprender,
Que eres ahora como un ángel destrozado
Que no existes más que en mis derrotas
En las que la lluvia no es más que el llover.



33.
Distingo cuando rondas cerca
Algo en mi estomago me anuncia tu presencia
Es como un cangrejo pesadísimo, que
Casi muerto estira sus tenazas.

Hoy lo siento de nuevo
En mi boca ninguna palabra calza correcta,
La sed se eterniza y mis ojos pintan rojo el mundo.

Estás, estás cerca, haciendo surcos con tu báculo de espuma en la ceniza de las calles. Casi de inmediato, el miedo se masturba frente a mí, cuando a la distancia te observo acariciar el vientre pardo de tu vida. Eres tú., como siempre enterrada en el humo de la tarde . Sonríes tanto y hasta los parques te recuerdan.

Esquivo la mirada, para no honrarte, atropello los segundos como peatones tristes y me escabullo entre ellos, con la certeza de que aún te corona el aguijón de mi lengua.
Me replico embravecido por mares completos, hasta que llamas y me traes de viento la furia que, del papel se desvía hacia mis entrañas, donde todo comienza.


34
Llovía en la tarde recién aparecida
Sobre la tierra vestidita de frío llovía
Con la paz de un abrazo unas gotas dulces se acostaban junto a las piedras
El sueño eterno de las montañas se alargaba en su sombra
Las ventanas sonaban como tambores de juguete
Y una tristeza antigua me invadía tras los cristales relamidos.

Era un temporal que retornaba de mi niñez
Cuando los aguaceros respiraban el alma de quienes caminaban
Y desde mi habitación soñaba envolverme entre cortinas de agua
Recuerdo que apagaba a luz y me despedía de mi cuerpo.

Volaba lejos hacia todos lados
Para llorar tiernito y ser como el cielo en su milagro.
Era un recado más del viento flotando entre sus brazos
Sobre la ciudad habitaba profanando el temporal
Un niño empapado en sueños y lágrimas.

Regresaba con el nuevo vuelo de las aves
Hacia la casa donde todo el silencio era habitable
Y me calzaba mis botines pequeñitos
Para jugar con los charcos que me repetían para siempre
Mi rostro y unas nubes blancas sin misterio.




35.
Te casaste a los 28
con una mujer de 32
llamada mamá
tu le decías Angela
Y amabas sus ojos que
Capturaron el espíritu de un sol frío
En un par de cristales.

Amabas sus piernas gordas como laderas
Y su porte magnífico sin pedestal
Tu eras como un ladrillo frente a toda una
Catedral, deseoso de conquistar sus muros
y ser miembro de su murallas.

Besaste en mi pasado tantos placeres
Tocaste el aire con la guitarra
De la voz no te faltaron altares.
Gozaste de luna tu tiempo.

Fuiste sabio del placer
Sol reacio a la pijama
Mendrugo de pan rebosado en vino

Un día me llegaste como padre
Con los sueños enterrados y la boca cerrada
Yo no descubrí tu grandeza de inmediato, me hizo
Falta desaprender el miedo y abrazar el afecto. Tanto antes...
Tanto, que ahora se me deshace el tiempo, mientras
A ti te anuncian los finales y el corazón se te colma.

Yo te miro tumbadito en la cama, con el pelo
Resuelto a dar batalla y te imagino bailando de joven, cantando,
Ebrio de tanta vida y me da gusto saber que eres el padre alegre
De mis sueños, al que le queda todo mi amor por vivir.

Embriaguemos juntitos esta noche. Soy tu hijo y mi corazón se deshace con el tuyo.




36.
Creía que era malvado si un betunero se arrodillaba a limpiarme los zapatos y yo presionaba fuerte mi bota, mientras sus manos bailaban revelando espejos. Y que mi deber era contarle mis secretos a Dios acostado a mi lado
Estaba seguro que la luna sabía mi paradero y estaba atada a uno de mis dedos
Era el único habitante de un infiernito compacto como el plomo que todos lamían de mis cachetes.
No entendía la vida sin caricaturas y menos sin un jardín y una pelota.

Es imposible vivir sin un gato y solo los malos no llevan una virgen en su billetera.

Soñaba en la felicidad absoluta de tener una mujer a mi lado y ponerle la mano en ese sitio donde todas las líneas se desvanecen. Y ejecutar ese abrazo impronunciado del que provine yo. Y todos los pájaros. Y todas las moscas.

Cómo no ser feliz con una mujer a mi lado, con una sola permanencia desnuda. Que además tenga voz y me diga las cosas como un jilguero. Creía que cuando crecería cambiaría el mundo, que un planeta entero esperaba el madurar de mis días.

Los pobres se multiplican porque soy muy chiquito todavía y aún hay gente que los traiciona. No confíen más, no confíen en ellos. No voten por el señor de barbas, ni por el de pelo blanco, la dictadura me confunde también, espérenme, serán buenos los días y habrá palomas blancas y hasta Dios repartirá pan en las plazas.
Vivía deseando ver descalzos a los militares y a los curas repartirles la pobreza de la que mi país se libra. Quería escribir tantas cosas, esos sueños extraños de movimientos pasmosos dentro de la corteza de un árbol o la excitación que me producía darle la paz en la iglesia a esa chica rubia que nunca habló conmigo.
Es imborrable el domingo de ramos, caminando detrás de ella, reprisando sus pasos hacia delante, mientras un coro nos cantaba alguna cuestión de querubines, que se mecían en su cabello de miel.
Creía en mí, aunque no lo sabía, hoy sé cuanto creía en mí. Ahora me invade un lamento por tantos años sin habitarme, pues era maravilloso ser yo. Si que era maravilloso ser yo. Aún lo es.
Yo soy el creador de este hombre que se llama así mismo niño, gato, sueño, saliva. Alguien que puede cambiar el mundo
Y escribe.
Y escribiendo vuelve a creer.



37.
No me deja dormir la poesía
Está inquieta, fastidiada anda.

Me altera el sueño.
Clava su índice en mi soledad y entre el silencio se me atraviesa.
Arisca está, despeinada también, semidesnuda.

Se quedó afuera toda la noche parada en el patio tiritando de frío tocando aire, lastimada.
Creo que le dolía un mal recuerdo, alguna palabra le rastrilló la memoria y se le comenzaron a
desmayar las sombras.

Así pasó varios días resentida, hasta que dejó de sangrar, y en sus mejillas rosadas había un durazno de alivio. Besos me ofrendó, abrazos no faltaban, pero yo ya había tomado venganza: le escribí un cólico en pocas palabras.



38.
Así estoy, ínfimo como ceniza de tabaco
dejando huellas íntimas y maldiciones en todos lados
Olvidado del día me hallo, insoportable, pálido.

A la interperie quedaron mis brazos cruzados
Repasando abrazos con el asfalto,
Y estrujando polvo de humanos.

Así estoy, entre odios enredado,
De ardientes palabras sodomizado
Como esperando un tren
Para recoger mis pasos.

De látigos y lenguas estoy harto
Será espanto de tu brillo
De tu catedral nueva sin palomas
Ni cuadros.

Así estoy, sonrientemente alimentado del vacío que
libera mi vida entre tus labios.


39.
Mi vecino entusiasmado coloca en la que era mi sala una tv sobre el lugar donde corrí el telón de más de una espalda.
Y hace deberes en las noches donde la madrugada era tarea de dos

Lo veo cruzar la puerta, lo veo salir temprano, hace ejercicio y hasta va de compras, pero en su lista no aparece el amor que se regó en todos lados.

Mejor lo dejo en paz, no es su culpa. Mejor me dejo en paz, es tu culpa.


40. Me siento esta noche a ver la niebla
En su celofán me cubro las ganas de
Gritar.

Se me cuelga del pecho el rencor
Como un equilibrista blanco
Nacido de tus labios

Me has contado que respiras otras carnes
Que amas, yo creo.

Te escuche, desamándote
Y cómo cuando se corre una cortina
Te desvestí en venganza los senos
Remordidos y
te llore encima de puto, de maldito.

No sabías a nada, eras recuerdo de bondad.
Caperuza de niebla, entre mis lanzas.



41. Vuelvo a ti, mi compañía perfecta.
A pesar del brusco masticar de los días,
Del desgano y los ciempiés, me riego nuevamente en ti.

Frente a frente, me siento acabado, como sin forma, carente de manos, e ideas.
Todo está hecho como para salir corriendo, para despedirme de inmediato.
Me quema tu dureza, tus costados inexistentes, la clavija estática en cruz..
Percibo que notas mi torpeza, mi dificultad para cantarte la vida, la suerte, el destino.

Soy apenas, un aficionado, un aprendiz de magia, un viejo bailando tango..
Quisiera contarte de mis sueños más nuevos, de las historias que precisan de mi sangre para
Vivir.

Pero no te digo nada, carezco de todo, soy apenas un aficionado, un aprendiz te digo,
despidiendo maldiciones en tu cuerpo blanco. Soy quien te mancha, mientras escupe cierta
la nada.



42. Está decidido, llévate todo.
La sonrisa cielo es para vos
El abrazo que quema
El placer completo de mis entrañas

Es para vos
Lo que escribo ahora
Lo tuve siempre adentro.
Lo que por fin aparece
ante mí. Y me gusta..

Ya está, llévate esto y aquello
Déjame revuelto. Embárcame a ningún sitio
Y llévame contigo, ¡Que el cielo nos proteja!
Sólo empaco mi respiración y La afeitadora.
Mírame salir, eso me gusta... estoy en camino, llevo
Lo que importa: muslos y besos ciegos.



43. Regálame tus sueños más lindos,
los que pones en tu sonrisa cuando vas por las calles
tus besos abrigos, cobijas:
sábanas destendidas para no dormir

El tesoro tierno de tus bienvenidas
Tus manos frías que me extrañan
Esa alegría tuya radiante como una gota de agua en tu espalda

Eres tu de día: Hello Kitty roja, mi Pochaco, mi Keropi, por las noches, abrázame
Con tus brazos suaves, mi Choco Cat, mi Winnie Poo, que soy todo para ti.

Se me han tornado de azúcar las mejillas
Y de caramelo los dientes
En los dedos tengo cinco almendras
Y en los ojos un par de turrones

Regalo de miel soy para ti
Tus caricias me han convertido
En un nuevo ser por tus amores
Que duerme sonriendo a tu lado.
Eso yo te ofrezco, trillones de besos por doquier, millones de dulces, de amores nunca secos y
Buenas noches, para hoy que cumples años, para todos los años, para todos los días, para todos los años.





44. Duérmete pequeña
Como a ti te gusta
A tu almohadita abrazada
En mis brazos, bebita

Duérmete pequeña
Que quiero besarte los sueños
Tocar tus senos
Mientras yo también me duermo

Duérmete pequeña
Que hay ángeles para cuidarte
Y niños que te sonríen
Mientras te abrazo
Luego de amarte

Duérmete pequeña
Que aquí están mis brazos
Por si te despiertas rodeada de niños, flores y lazos...


45. Amor necio, blanco
Duro como el marfil
De pies intactos
Y miasmas

Necio amor blanco
Que labras viento encima
Que soplas carne en la playa
Y callas


Blanco, amor necio
A qué sabe tu cuello
O tu espalda
Aprieto mi espada en su vaina
Y en tus nalgas.

46.
Te necesito envuelta en un abrigo negro
Descalza y descubierta toda como una hoja
Que haya fuego en algún lugar por dentro
Y un silencio tierno en todos lados

Te necesito sentada a mi lado
Y que tu pelo esté entre mis manos
Dibujar el perfil de tu cara y darte besos diminutos

Te necesito después cerca de mi oído
Donde hay un barranco que conecta al alma
Dame tu humedad más basta
Anunciando la mañana

Te necesito luego amando la magia
Un libro, un whisky y las horas que dejaron huella.
Después marcaremos nuestras bocas en el lunar
Secreto de las sombras










47. Me enseñaste la invisibilidad
A tocar las puertas despacio
A vivir dos mundos, que nunca atraviesan la puerta de madera
A Hablar poco de mis cosas, a escuchar tanto para cuidar lo nuestro

Me enseñaste a gatillar la belleza
A soltar lágrimas simples entre las calles
A reír, aunque por dentro no haya ganas
A fingirle al mundo sus miserias
Porque por dentro soy feliz, ya que soy
Tuyo, y apenas se cierra la puerta,
Todo se mejora

Mis manos son dos sueños que se abren
Y tus ojos miran menos que tu alma
No digo nada a nadie, calladito
Aprendo la sabiduría de tu magia.


48.Carta a Sophi

(Es domingo 23 de octubre. Hace dos años murió mi papi y le pedí que me ayudara a escribirte. Y lo hizo).


Te escribo desde una altura imposible. Donde el aire escasea y las estrellas están muy cerca. He venido hasta aquí gracias solo, a un poco de música y al infaltable ascensor de las ganas. Paso de largo por tu casa, llego tan cerca y me detengo a pocos metros de ti. Estás creo, junto a tu familia y beso tu sombra que ahora no se muestra.

Vuelo a otra altura pero sigues en mi mente. La luna es grande, como tus ojos y esas pestañas largas se reproducen en el cielo, en pequeñas nubes, que se parecen también un poco a tus manos.

Quisiera escribirte el texto más hermoso del mundo esta noche. Decirte que desde acá siento tu presencia, como cuando aterrizo en mi cabina y reconozco que te aproximas. Entonces, rápido se mueven mis dedos, mis oídos se agudizan, hasta que tú, amada ráfaga, sigues de largo, o te detienes cerca.

Cuando mi visitas, es como un eclipse, tengo que aferrarme a tierra para no salir volando, creo que por eso siempre toco tu pierna: es un instinto unirme a ti.

En otras ocasiones, te miro en tu oficina y siento ganas de ser un poco distante. Siempre luces, eterna, como si te entregaras a las cosas, sin prisa, ni presión. Sonríes, tal como si cantaras o rezaras por ti y los tuyos, mientras las cosas se arremolinan a tu alrededor. Tu paz perfuma.

Me encanta, cuando por segundos logro sacarte de ese estado, aunque reconozco que luzco tenso y contenido. Me siento a veces como un bloque negro, sin brazos, ni labios.

Tan solo un agujero negro que pretende no tocarte, porque lo único que quiere es tocarte y arrebatarse en tus sentidos, en tu humedad. Besarte, besarte siempre, robarte el brillo de los labios y de las comisuras, llevarme ese regalo que es tu sabor, tan tuyo y distinguible.

Desde acá arriba no se nota mi alegría, ni tu, ni nadie puede. Es mía, y es que es el combustible para volar desde mi casa a ti, desde mi sueño a ti, a ti desde cualquier rumbo y distancia. Sí, no hace falta nada más, que eso.

Te he dado un poco de lo que siento, como un regalo, como una ofrenda, tómalo como si guardaras entre tu ropa un pañuelo que lleva tus iniciales. Tómalo porque es tuyo, solo puede ser tuyo. Amo quererte tanto, a pesar de todo y de mi.

Siempre será bueno quererte Sophi, mi Sophi. Eres con seguridad, el único pensamiento que cambia mi forma de respirar en la mañana y a todas horas (sobre todo si me aproximo a la Presi).

Siempre pienso en ti, siempre lo hago, a veces te bendigo, otras no sé que hacer y me preocupo de lo demás. Eres reina y te beso sin que lo sepas.


No digas nada.
Ya lo sé.
Solo guarda lo que es tuyo en lugar querido para ti.

Hasta otro vuelo...

Chau.

JUANCA y PAPI.






49.
Quiero que sepas que tu ausencia no existe.

Que te llevo conmigo en mi bicicleta

Que tomas conmigo café, té y coca cola en la misma taza

Que me abrazas por las noches y me cobijas temprano, algunas noches

Otras te miro escribir tu diario a la distancia y te pido que te acuestes, la noche larga y tú sin sueño.

No hay noches sin tu abrazo, sin tu risa en la madrugada, sin música en la vida.

Pienso que te gustaría saber que el agua en la ducha esta bien caliente, pero que los perros ladran mucho al viento, al frío y a la ausencia de todos.

Hay veces que siento que salgo desnudo a la calle, que se acabaron los espejos cuando tus ojos dejaron de verme..

Tengo un foto tuya en mi cuaderno y creo que a veces mi mira con una compasión única: le debo parecer tan solo, tan pobre.

Hay días que tengo una armadura llamada futuro y nada me llega, ni el beso de los enamorados por las calles, ni nada.

Soy fuerte, pensando en enero, en febrero y digo: quiero que el tiempo vaya rápido. Y los días se repiten, se repiten, se clonan y las noches también.

Yo también me duplico. Dejo en la vida una copia, otra cierra los ojos cada noche y le pide a Dios un sueño especial. Un remanso de pasado, un encuentro contigo en el futuro, una locura imprevista, pero nada pasa. Solo sigo mirando tu reloj despertador, como tu lo harías y me pregunto si ya habrás abierto los ojos y si me estarán mirando ahora...









50 Tu presencia

Nada reemplaza a tu presencia, ni tu voz, ni la más azarosa memoria, ni un accidente del afecto que por buscarte, me hacer vivir momentos en el pasado.

Me pierdo en departamentos que ya no habitamos, en pasillos y en esquinas, donde algo ocurrió. Retornó y es hoy, la noche del lugar que preparaste para mí, como un refugio a la distancia.

Te cuento el “no tiempo” de las cosas, cómo me fue entre un punto y otro. Entre una entrevista y la computadora. Esas horas y horas de autobuses y pasos. Momentos, esos que extraño a tu lado. Tú y tu mochilita de trapo, de palabras. El hambre de algo, siempre, aunque sea de una hamburguesa o de reírte de mi angustia con injerto de ternura.

Por eso digo que nada reemplaza a tu presencia. Ni estas necias palabra, mientras suena un Tango. Ese bandoneón lloroso, que ahora nos toca una tonada, linda y compleja. Te siento aquí, la escuchas, me miras y, sin decirme nada, sé que me besas, aunque no lo hagas. Sé que me topas con tus labios y tu cara me ocupa la piel que me ronda.

Sí, todo es mejor, contigo a mi lado.